MARINERO
Marinero que llevas prendida tu barca
del calor de tu cuerpo, del amor de tu alma,
danzarina navega sobre alas de plata
salpicando los remos la pureza del agua.
Marinero que luces como escudo tu ancla,
y que llevas dichoso cual bandera tu barca,
al compás deleitante de su latir avanzas
imprimiendo en la arena mil lágrimas doradas.
Cual coloso triunfante sobre la mar proclamas
el amplio señorío en que tu red se escampa,
como rey absoluto del reinado del agua
ofrendas tu cosecha a las ninfas saladas.
Y desde que despiertas en sublime alborada
sin apenas descanso vas peinando las aguas
con las sirenas dulces que saludan lozanas
y las gaviotas libres agitando sus alas.
Y hasta el mismo Neptuno despierta con la danza
que efectúan los remos cuando tu barca avanza,
y la flora marina junto a la misma fauna
se entretienen jugando en tus redes de plata.
Marinero que sufres sobre tu piel la escarcha,
la tempestad marina o el calor que atenaza,
la furia de los vientos o el ciclón que te arrastra,
o el veneno furtivo con que ensucian tus aguas.
Tú sonríes al viento agitando tus alas,
dedicando tu vida al salobre del agua,
mientras llevas prendida de tu pecho aquella ancla
que adornará por siglos espumas plateadas.
Marinero que lloras mil lágrimas amargas
he de cantarte a ti mis canciones doradas
mientras lleves e escudo la pureza del alma
y lleves de bandera el calor de tu barca.
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